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¿Es hambre o ansiedad?

Sin lugar a dudas cuando empiezas una dieta de cambio de alimentación, siempre es algo nuevo, algo que te mueve de tu circulo de comodidad, algo que inevitablemente genera ansiedad. Esos alimentos que no sabes ni siquiera donde comprar, te generarán al principio muchas dudas y aunque cuentes con la ayuda y el asesoramiento de un profesional, en tu cabeza siempre van a surgir pensamientos que te empujen a dejarlo todo y volver a tu rutina de alimentación antigua a lo que ya conoces. Para aceptar esto de la mejor manera hay varios trucos, el primero y más importante es dejar de comprar aquellos alimentos que no te ayudan a seguir el cambio de alimentación: galletas, chocolate, hidratos refinados, bollería, etc y suplirlos por otros que si te pueden ayudar: frutos secos, semillas, tortitas de arroz y de avena, hidratos integrales, fruta, entre otros. Y luego tener claro tus objetivos y hacia donde vas, hacia donde vas a orientar toda tu energía. Te recomiendo que sigas estos pasos, harán que veas más claro hacia donde vas y lo puedas ver.

1.- ¿Cuál es tu objetivo? el que sea que te ha llevado ha empezar un cambio de alimentación.

2.-Paso a paso, define una meta primero y ve a por ella, por ejemplo: comer cereales integrales, dejar el azúcar, etc.

3.-Escribe todas las cosas negativas que te han llevado a dar este cambio, por ejemplo: malas digestiones, colesterol, sobrepeso.

4.-Se consciente diariamente de tus progresos, apúntalos si es necesario.

5.-Se flexible, pero no decaigas. Si tienes que salirte una vez, no eches todo por la borda, retómalo inmediatamente, se compasivo contigo mismo.

Si aún así vienen dudas y te ataca la ansiedad, compañera inseparable del hambre sin control, te recomiendo que, antes de buscar comida desaforadamente, te hagas estas preguntas para que puedas saber si es hambre o no:

1.- Pregúntate: ¿Me comería una pieza de fruta, como una manzana ahora mismo? si es así, hazlo, tienes hambre.

2.- Puedes beber un vaso de agua o una infusión sin azúcar, si tu «antojo» es dulce, toma una infusión de regaliz, por ejemplo.

3.- Cepíllate los dientes, hay estudios psicológicos que demuestran que esta acción hace anclaje con el final de comer y el cerebro recoje esta información y «cree» que ha comido.

4.- Puedes distraerte buscando algo en Internet, viendo un vídeo, leyendo o llamando a un amigo con el que hace tiempo que no hablas.

5.- Si todavía tienes ganas de darte un capricho, busca entre las opciones que te ha dado tu terapeuta, o aquellos alimentos «menos malos», por ejemplo chocolate negro, no con leche. Y si aún no puedes sucumbir al antojo: No pasa nada! Sé flexible y luego retoma.